¿Alguna vez has oído y la palabra logogrifo? Podría decirse que es el antepasado del acertijo, y por lo tanto, es perfecto para convertirse en una prueba a superar en un escape room.
Entre los antiguos, el logogrifo era una sentencia misteriosa o una proposición difícil de adivinar por estar envuelta en términos oscuros y muchas veces contradictorios.
Su nombre, logogrifo, está compuesto de dos voces griegas, logos ( discurso, palabra) y grifos (enigma). Es decir, enigma sobre una palabra.
Suele formarse a través de la trasposición de las sílabas y tomando en diferentes sentidos las diversas partes de una palabra. También existen los Aritmogrifos, que son logogrifos numéricos en los que la transposición se hace con números.
Este tipo de enigmas era muy común entre los egipcios así como otros pueblos antiguos. Podemos encontrar un ejemplo en “El Libro de los Jueces” cuando Sansón propone un logogrifo a treinta mozos filisteos:
“Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura”.
El enigma es una referencia al león que mató y la miel que de él salió. Como veréis, esta prueba podríais encontrarla en nuestro escape room, pero no seremos tan malos y el nuestro si tendría una solución que podáis encontrar si pensáis un poco. 🙂
Los logogrifos eran una de las principales distracciones de los reyes del Oriente y de los príncipes de la Edad Media, que los utilizaban para demostrar su intelecto formando esta especie de juegos de palabras. A principios del siglo XVIII la revista literaria Mercure de France popularizó este tipo de pasatiempos con el formato que ha llegado a nuestros días.
El procedimiento actual para solucionar un logogrifo es adivinar una serie de palabras formadas con las letras del vocablo que constituye la solución. Si la palabra final es «contiene», las intermedias podrían ser «tienen», «nieto», «ten», «ceno», «con», «intento» o «centeno».
También existen variantes simplificadas del logogrifo, como adivinar una palabra a partir de un grupo de vocablos que se han formado utilizando sus letras, o el proceso inverso: ofrecer una palabra como punto de partida para buscar otras menores.
Os dejamos un ejemplo y tenéis más en la red, para que empecéis a practicar.