Quedarte sin respiración, por tan solo un instante. Sorprenderte, maravillarte, o establecer una conexión profunda con otro ser, o la mismísima naturaleza. Este fenómeno está siendo estudiado por algunas de las universidades más prestigiosas del mundo y la principal duda que queda por resolver es cómo de profundos son sus beneficios.
“Nos quedamos sin respiración al encontrarnos con situaciones que nos sobrepasan y que no podemos comprender de forma instantánea”. Dice Craig Anderson, de la universidad de Berkeley mientras habla de los beneficios del “AWE” (en inglés)- vivir experiencias que te dejen sin respiración.
Anderson nos explica también cómo nuestras emociones son fruto de un proceso evolutivo. Así como el miedo es un mecanismo que dispara nuestra adrenalina para huir o luchar, sobrecogernos (no se me ocurre mejor traducción para este AWE) nos predispone a estar completamente presentes (mindfulness), a conectarnos con lo y los que tenemos alrededor. También nos explica cómo esta sensación sería clave para el hombre primitivo ante situaciones novedosas, estimulando la capacidad para adaptarse, colaborar con otros y fomentando la curiosidad.
Por otro lado, Jason Silva, el presentador de Brain Games, programa nominado a los premios EMMY, en el que se muestran trucos mentales para más de 170 países del mundo explica por qué es adicto al “AWE” en una fabulosa entrevista (los primeros 2 minutos merecen mucho la pena- solo en inglés)
Jason habla del contraste entre la rutina diaria y la capacidad de maravillarnos. El contraste de estar con el piloto automático puesto y vivir un “éxtasis radiante”. De cómo hacemos las actividades del día a día sin apenas darnos cuenta y cómo este tipo de situaciones nos cambian los esquemas mentales y nos obligan a ofrecer nuestro mejor yo. Entrevistado por Dacher Keltner- director del Greater Good Science Center-, nos explica que, pese a que la ciencia dictamina que estos acontecimientos aportan beneficios cognitivos permanentes en creatividad, conexión con otras personas y bienestar en general, son momentos limitados y finitos que él como adicto, necesita perseguir a toda costa.
Desde que me incorporé al proyecto de juegos de escape (juegos en vivo de fuerza mental) de The Rombo Code, he tenido la oportunidad de ver, y participar activamente en la creación de situaciones en que las personas que venían a jugar experimentaban de forma continua esta sensación de quedarse sin respiración: ¿la consecuencia visible?
Gritos, muchos gritos; abrazos, choques de manos, celebraciones, risas, saltos de alegría, desesperación y diversión a chorros… este vídeo fue captado por nuestras cámaras de seguridad durante poco más de una tarde, con grupos aleatorios, y es lo que ocurre en nuestro centro cada día. Bien seguro es uno de nuestros principales motivos de orgullo:
Melanie Rudd (Universidad de Standford) explica en su tesis- link al final del post-, después recogida por la revista Business Insider, los beneficios que la ciencia ha logrado asociar a estas situaciones determinando que el AWE favorece 1- el comportamiento alturista y compartir, 2- la curiosidad y creatividad, 3- el trabajo en equipo y 4- la satisfacción con uno mismo.
Visto así, sorprende menos que la industria de los juegos de escape se haya multiplicado por 10 en los últimos años. Cada día más empresas y colegios apuestan por estas formas de inspirar a sus empleados y alumnos. Al fin y al cabo, tan solo se trata de encontrar la manera de dejarles sin respiración.
Si esta semana no tienes tiempo para saltar en paracaídas o visitar el Amazonas, ya existen alternativas más accesibles en el centro de Madrid (y muy pronto en muchos más sitios), que te permitan vivir un “AWE”.
FDO: Javier Beltrán
