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El fantasma del baile de máscaras de Madrid

En The Rombo Code nos gustan mucho las máscaras y forman parte del espíritu nuestro escape room Madrid.

Muchas veces son objeto de historias sobrecogedoras ya que se pueden ocultar enigmas y misterios tras un rostro de porcelana o un antifaz.

Hoy te queremos contar una vieja leyenda de Madrid que comienza con una máscara como protagonista y que tiene un final bastante inquietante.

En 1856 se cuenta que se celebró un gran baile de máscaras en un palacio de unos aristócratas de la época. Al baile de carnaval asistió un joven diplomático inglés que no hablaba muy bien el idioma y que al ser bastante tímido, intentó pasar el mal trago cuanto antes.Iglesia San Jose Madrid

Justo cuando se iba a retirar de la fiesta, hizo su aparición una bella y  pálida joven vestida de negro con un antifaz, que se presentó como condesa y le pidió que la sacara a bailar. Tras bailar y beber toda la noche con ella, la joven le pidió que la acompañara.

Durante el paseo nocturno la condesa quiso entrar en la Iglesia de San José, situada al principio de la Gran Vía madrileña, en Alcalá, 43. Al enamorado, porque a estar alturas él ya estaba loco por ella a pesar de que “estaba un poco fría”, no le hizo mucha gracia lo de entrar en una iglesia, pero al final aceptó.

Dentro del templo, la joven le señaló un ataúd que se encontraba cerca del altar mayor y le explicó que ya no se volverían a ver porque en ese ataúd se encontraba su cadáver y su funeral tendría lugar al día siguiente.

El joven inglés se quedó tan descolocado, que todo le dio vueltas y cuando intentó centrarse, la joven condesa había desaparecido. El salió de la iglesia como alma que lleva el diablo, pensando eso que pensamos todos alguna vez de  “ya no vuelvo a beber más”.

El caso es que al día siguiente, con la duda en el cuerpo, el joven decidió acercarse a San José, y cuando lo hizo comprobó que allí había varias personas reunidas a punto de celebrar una ceremonia. Cuando se acercó al ataúd se quedó del todo lívido al comprobar que la que estaba dentro era la hermosa joven con la que había pasado la noche anterior. Ella llevaba el mismo vestido negro.

Pero no queda ahí la cosa, según nos cuentan en este blog de leyendas, y es que un joven reconoció al inglés y se acercó a preguntarle si conocía a la joven, que era su prima. Y es entonces cuando la historia del fantasma cobra sentido:

«- ¿Conocías a la difunta? Porque era mi prima, y me había confesado en secreto que estaba enamorada de tí, del inglés que llevaba ya varios meses en Madrid. Me dijo que te veía de lejos en los bailes, pero que jamás se atrevió a acercarse a ti.

– Pues lo hizo anoche, en un baile. Se me acercó y bailamos toda la noche…

– Eso es imposible, ella murió a las 8 de la tarde.

– ¡No puede ser, si justo a esa hora entró en el salón para sacarme a bailar! 

Y en ese momento los dos se dieron cuenta de que la muchacha, al morir, mandó a su fantasma a hacer lo que no se había atrevido a hacer en vida: presentarse ante el chico que le gustaba y sacarlo a bailar…»

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